domingo, 20 de mayo de 2012

CARTA PUBLICADA EN LA VANGUARDIA

¿No quieres caldo? Pues toma tres tazas.. o tres elefantas . Sabemos que Susi no es feliz, sabemos que Yoyo tampoco. Los elefantes son unos magníficos mamíferos con personalidades, filias y fobias muy particulares y suponemos que exacerbadas por su anómala situación. Bajo el estrés que supone la existencia en un recinto insuficiente en muchas cosas - y no sólo de tamaño- Susi no está para hacerse con extrañas que están tan angustiada como ella. La relación de Susi con Yoyo es como la que tenemos algunos humanos entre nosotros esforzado compromiso de convivencia que frena la hostilidad. En este panorama entra Bully con un origen trágico, y si persiste en el triste zoo con un triste destino. Ojalá surjan simpatías y afinidades pero eso sería una casualidad no la consecuencia prevista por unos responsables o irresponsables o ignorantes.
¿Te gustaría vivir dentro de un ascensor con alguien que no te cae bien?

Bully no es feliz. Cartas | 18/05/2012 - 04:43h Futur Animal
Gracias por la descripción detallada que hace Lluís Sierra de la elefanta Bully ("Trío de trompes", Vivir, 17/V/2012), aun cuando me juego el que haga falta que el animal no es feliz. Resulta muy decepcionante que las autoridades del zoo de Barcelona, a la petición de muchos animalistes, respondan consolidando un modelo caduco de retención indebida de seres vivos. Condenados a cadena perpetua sin haber cometido más crimen que ser excepcionales, los indefensos animales de zoo deberán ser trasladados a un refugio amplio, sano y jubilarse en una semillibertad mucho más próxima a sus necesidades. Los antecedentes demuestran que las cosas en el zoo no se hacen bien y que los animales no son felices. Los paneles hablan de una forma de vida natural opuesta a la que sufren dentro las jaulas. Pero esto no es didáctico, sólo un deficitario capricho de unos coleccionistas insensibles. Lo siento mucho, Bully.

Link a la versión digital

viernes, 18 de mayo de 2012

Declaraciones institucionales


Reproducimos:

"La Comissió d'Hàbitat Urbà i Medi Ambient acorda, en el marc de la redacció del Pla de la Biodiversitat de Barcelona:

1. Reiterar el compromís de l’Ajuntament de Barcelona en la defensa dels drets dels animals per tal de fomentar una millor comprensió i una bona convivència entre els humans i les espècies d'animals lliures, semidependents i en captivitat que viuen al terme municipal.

2. Revalidar l’acord del Consell Plenari de l’Ajuntament de Barcelona de 2004 en el que Barcelona va esdevenir la primera gran capital a nivell mundial a declarar-se «ciutat amiga dels animals».

3. Definir un acte de commemoració del 10è aniversari de les primeres polítiques clarament animalistes aprovades per el Consell Plenari de l’Ajuntament de Barcelona.

4. Reclamar al Comte de Barcelona, el compliment i respecte pels preceptes, valors i normes que defineixen el sentir i la voluntat de la nostra ciutat vers els animals."
...

Tal y como está el panorama últimamente en Barcelona, no está muy claro como hay que tomarse este tipo de declaraciones institucionales. El último punto puede interpretarse como cada uno quiera: hay quien lo quiere presentar como una "reprobación" a los actos cometidos por el Rey Juan Carlos (Conde De Barcelona) en la tristemente famosa cacería de Botswana.
Este tipo de declaraciones de cara a la galería suenan más a "brindis al Sol" que a otra cosa: nos gustaría ver iniciativas más concretas, reales y palpables de que el ayuntamiento de esta ciudad realmente se preocupa por la biodiversidad y el respeto a los animales.

miércoles, 9 de mayo de 2012

CARTA ABIERTA AL OBISPO DE SOLSONA

 En relación a las declaraciones del Obispo de Solsona sobre la sorpresa que le causa la sensibilidad de tantas personas frente al acto bárbaro que culminó en la muerte del perro de Torà (LLeida) y la supuesta pasividad general frente al aborto, nos gustaría dar nuestra opinión.

Los argumentos empleados por el obispo, aparte de pobres y manidos, se nos antojan impropios de alguien que debiera entregarse a la reflexión, ya que se considera legitimado para aleccionar a la sociedad. Por un lado la compasión por un animal no humano es más cercana al amor y el respeto por la vida que cualquier dogma. Por otro lado, lamentar el asesinato de un perro y condenar la barbarie cometida por un humano insensible demuestra una cierta categoría moral, algo que entre los que desprecian a los animales quedaría cuestionado seriamente. Incluso si con una perspectiva reduccionista tuviéramos que apreciar sólo la vida de la especie humana, numerosos estudios ligan la violencia sobre los animales con la violencia doméstica y la agresividad hacia personas.  Si en cambio la referencia a los antecedentes de la Iglesia es la que debe ser tenida en cuenta ¿por qué no abraza el señor obispo las enseñanzas de San Francisco de Asís, por poner un ejemplo? ¿Acaso no son los animales también criaturas de Dios, señor obispo? ¿Aprobaría el dolor injustificado sobre un ser emotivo, vivo y consciente? En ese elemento, la conciencia, habría que poner el acento antes de despreciar a los amantes de los animales. Pedir respeto por los derechos de los mismos, o por el cumplimiento de la ley ¿según que extraño mecanismo mental significa necesariamente carecer de interés por otras formas de vida?

Entrar en debates sobre el aborto sería caer en la trampa que tiende monseñor dibujando un falso panorama en que los amantes de los animales somos ajenos a las cuestiones humanas. Cada cual, aunque le pese a monseñor, es libre de opinar lo que quiera.

A nosotros nos pesa que una vez más un miembro de la Iglesia haya perdido una buena oportunidad de hacer una demostración de compasión y respeto sincero -no doctrinal- por la vida y especialmente por la vida real y consciente.

Con sus palabras demuestra sin embargo estar más cerca del autor de la barbarie de Torá y de sus cómplices que de la verdadera compasión.

Futur Animal
....
Por si no sabeis de qué declaraciones hablamos:
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=11805

martes, 8 de mayo de 2012

Unas amigas necesitan ayuda para otra amiga

La Colometa necesita una intervención en la pata, igual hasta puede perderla. Estamos tratando de aprender a cuidarla de manera que tenga una vida feliz lo antes posible. Agradecemos, consejos, donaciones y ayuda de expertos.

martes, 1 de mayo de 2012

Artículo de Rosa Montero en el Dominical del País

Centenares de perros felicesDomingo, 1 Abril 2012 por Rosa Montero

Todo empezó hará unos 15 años. María Luisa María Hernández, desesperada al ver el sufrimiento de tantos perros maltratados, ahorcados o abandonados, decidió complicarse la vida y montar un albergue para canes sin tener ni dinero ni tiempo para hacerlo. Hasta aquí, la historia es semejante a la de muchos otros individuos generosos que lo entregan todo para proteger a los animales. Ahora bien, lo peculiar y maravilloso de este caso, lo original y casi único en el mundo, es el hecho de que en el albergue que ha montado Maria Luisa María Hernández con la estrecha colaboración de Mary Carmen Quejido y Pilar Nieves, los perros están libres. Esto es: los animales no se encuentran encerrados en cheniles o pequeñas jaulas, sino que deambulan a su antojo por dentro del refugio, formando enormes manadas. En Las Nieves, que es como se llama ese lugar, hay centenares de perros (el número varía por las admisiones y las adopciones). Les aseguro que la experiencia de entrar allí es inolvidable.

Las Nieves ocupa un extenso terreno en medio del campo en Navalcarnero, cerca de Madrid. El recinto está dividido en otros amplios recintos interiores, cada uno provisto de grandes patios de verano y de invierno y de casas con diversas habitaciones. Hay un cercado para perros grandes, otro para medianos, otro para pequeños, otro para galgos… Los suelos de las casas están cubiertos de alfombrillas que sirven de camas, y cada recinto acoge una manada de cien o doscientos animales. Entran y salen a los patios a su antojo, escogen por sí mismos la habitación de la casa en donde quieren dormir y los compañeros con quienes quieren codearse. En verano ¡hay piscina! Dentro de los límites del albergue, los perros son libres. Y están acompañados por otros perros. Forman una manada, que es su grupo biológico natural. Al parecer, los conflictos entre los animales son mínimos, y cuanto mayor es el grupo, mas fácilmente se adaptan a las reglas sociales.

Pero para ello, claro, hace falta haber arriesgado mucho y haber invertido un esfuerzo verdaderamente colosal. Me explican estas mujeres que empezaron con pocos perros y que fueron aprendiendo paso a paso. Que siempre quisieron tener a los animales en un entorno digno y permitirles una verdadera vida, porque, aunque procuran dar a los perros en adopción, muchos se quedan para siempre en el refugio, como sucede en todas las asociaciones de este tipo. Los más viejitos, los más enfermos, los más grandes… Todos los albergues tienen, por desgracia, una población fija de animales que van consumiendo sus vidas como perpetuos y melancólicos presos dentro de sus pequeñas jaulas. Y por más que la abnegada gente que se dedica a esto intente sacarlos de cuando en cuando y mimarlos y acariciarlos, la suya es una existencia triste. En Las Nieves, en cambio, los perros disfrutan de una vida decente. De hecho, en ocasiones, algún animal adoptado ha tenido que ser devuelto al refugio, porque al abandonar la manada se había sumido en la depresión.

A mí me encantan los animales y llevo más de 30 años conviviendo con ellos, pero nunca había experimentado algo semejante a entrar en un recinto con más de un centenar de perros sueltos ladrando y brincando en torno a ti. Es impresionante, al principio, incluso, un poco inquietante; pero después, pasada la primera sacudida, es algo profundamente conmovedor. Están tan vivos. Se les ve tan felices. Tan seguros y satisfechos. Hay algo maravilloso en Las Nieves. Algo elemental y antiguo, algo que te calma. Un oscuro recuerdo de otras vidas y de otras manadas primordiales.

El quid de la cuestión, dicen las responsables, es conocer a los perros, estar con ellos, convertirte en el líder humano de la manada, conseguir que te reconozcan y respeten, colocar a los recién llegados en un entorno favorable hasta que se adapten, mediar en las posibles fricciones. Hay que saber hacerlo, y hay que haber empleado infinitas horas y muchísimo amor en observar a los animales. En los primeros años, los perros se quedaban solos por la noche y se producían frecuentes robos, pero en 2001 sufrieron el más grave. Entonces construyeron una casa de guardeses y ahora siempre hay tres personas viviendo en el refugio. Es muy duro, porque la finca no tiene ni agua ni luz, y tampoco les recogen la basura. Sacar adelante el albergue es un trabajo sobrehumano. Y, sin embargo, ¡el sitio está tan impecablemente limpio, tan bien cuidado! Fui allí una tarde de mucho frío; los galgos llevaban puestas sus mantitas impolutas, las alfombrillas se encontraban en perfecto estado de revista… Es un edén canino.

Pero conseguir este nivel de excelencia es un milagro. Tanto Mary Carmen como Pilar y María Luisa tienen otra vida, es decir, tienen trabajos, familia, obligaciones. El esfuerzo personal es enorme. Y luego está el problema del dinero. Por los perros que dan en adopción, vacunados, castrados y con chip, cobran una cantidad fija que va de los 100 a los 150 euros, dependiendo del tamaño del animal. Pero esto no cubre ni un ínfimo porcentaje de los gastos y, por otra parte, reciben muchas más llamadas para dejarles perros que para adoptar. Desde 2001 cuentan con la ayuda eventual de una organización alemana que es la única en el mundo, que ellas sepan, que también mantiene a los animales en manadas. Se llama Pro Animale für Tiere in Not y financiaron la construcción de algunas de las casas de la finca. Pero la única fuente fija de ingresos es el dinero de los socios. Tienen 400 y no es suficiente. Verás, puedes hacerte socio o puedes apadrinar a un perro de los que no saldrán jamás del refugio e ir a visitarlo de cuando en cuando, si te apetece. Entra en la página de Las Nieves (www.asociacionlasnieves.org), escríbeles un email (asociacionlasnieves@gmail.com) o llama a los teléfonos 918 13 91 26 y 670 78 51 00. Se lo merecen.