lunes, 17 de octubre de 2011

EDUCACIÓN CANINA EN POSITIVO

Por Carles Gomà /// www.gossosenpositiu.com ///


Partiendo de la premisa de que cada perro es diferente y que cada caso se tiene que tratar individualmente según sus necesidades, entorno, condicionamientos previos y estado emocional, lo que tenemos que tener claro es que para educar, adiestrar o cambiar comportamientos de un perro, en ningún caso hace falta utilizar técnicas que comporten amenazas, gritos, manipulación física, fuerza física, tirones de correa o ningún tipo de utensilio que pueda hacer daño a nuestro perro (collares de ahogo, de pinchos, de descargas eléctricas, o que emiten ruidos o vibraciones desagradables para el animal).

Lo primero que tendríamos que hacer es conocer muy bien lo que es un perro, por qué se comporta como se comporta, conocer sus necesidades básicas y sobre todo entender cómo se comunica con nosotros y comunicarnos de una manera correcta con él. Cuando tratamos con perros también tendríamos que tener claros algunos pequeños conceptos de neuropsicología, y como algunas hormonas y neurotransmisores determinan el comportamiento del perro en un momento o ante un estímulo concreto.

Si hablamos de cachorros lo más importante es hacer una buena socialización, es decir que el cachorro pueda descubrir el máximo número de estímulos con los que el perro se podrá encontrar durante su vida, eso si, siempre de una manera controlada y poco a poco, si lo inundamos de estímulos que lo atemorizan o le provocan excesiva excitación podríamos conseguir un efecto contrario a lo que queremos, es decir que de adulto reaccione con miedo o excesiva excitación ante estos estímulos o situaciones de la vida diaria.


Durante esta etapa de cachorro también es importante construir un buen vínculo, el cachorro nunca se tiene que sentir amenazado o atemorizado por nosotros y cargarnos de paciencia como haría un perro adulto con ellos, y por descontado ser siempre un referente de calma para el perrito, nunca de excitación o descontrol. Muchas veces los perros llegan a casa ya de adultos o con problemas creados por los anteriores propietarios o por el entorno en lo que han vivido. Cambiar los comportamientos de un perro ya adulto es posible dándole un entorno, unas rutinas adecuadas y sobre todo dejando de utilizar métodos duros o amenazantes en su terapia comportamental y en el resto de su vida.
Una de las cosas más largas de solucionar son los miedos o las fobias graves, aquí tendremos que hacer las cosas muy bien y muy poco a poco, pero se pueden conseguir resultados espectaculares con paciencia y conocimientos.
Otra cosa que se tiene que tener siempre en cuenta a la hora de tratar con perros con problemas es su nivel de estrés, muchas veces al reducir el estrés los problemas desaparecen o se reducen, por lo que después es más fácil tratar los problemas concretos por medio de desensibilizaciones o desacondicionamientos. Es muy importante antes de empezar a trabajar problemas en concreto mirar su estado de estrés y cambiar todas las cosas de sus rutinas diarias que lo estresen o le provocan picos de excitación excesiva.
A continuación pondré unos cuantos ejemplos de cosas que pueden estresar a un perro, como identificarlo y como reducirlo, pueden haber muchas más causas y muchas maneras de identificarlo o reducirlo, pero pondremos las más comunes.
Cosas que pueden estresar a un perro:
- Amenazas directas
- Violencia o agresión en su entorno.
- Correcciones de correa
- Demasiado ejercicio o escasa actividad
- Hambre, sed.
- No poder jugar o pasarlo bien cuando lo necesita
- Frío o calor excesivo
- Dolor o enfermedad
- Excesivo ruido
- Soledad
- Juegos que aumenten su excitabilidad
- Imposibilidad de relajarse o molestarlo cuando duerme
- Cambios constantes en su entorno o falta de rutinas
- Que nuestras reacciones no sean previsibles para el perro (mezclar castigo y refuerzo positivo, evidentemente suprimiremos los castigos).
          
Como identificar el estrés: 
- Utiliza continuamente señales de calma
- Comportamiento destructivo
- Agresividad, muchas veces adelantándose a los acontecimientos o estímulos que él interpreta como peligrosos y mostrando conductas agresivas hacia ellos.
- Conducta evasiva, hace actividades de desplazamiento al pedirle alguna cosa
- Deposiciones más frecuentes del habitual
- Respiración entrecortada
- Hiperactividad o reacción excesiva a los acontecimientos o situaciones
- Mal aspecto físico, y predisposición a ponerse enfermo
- Esterotipias o comportamientos obsesivos compulsivos
 
Como reducir el estrés: 
- Leer señales de calma
- Dejar de aplicar métodos duros o amenazantes
- Cambio de rutinas
- Evitar exponer al perro a situaciones extremas
- Nivel adecuado de ejercicio
- Estimulación mental y sensorial (dejarlo oler el suelo y hacer trabajo de olfato)
- Lo dejaremos formar parte de la familia y le enseñaremos progresivamente a estar solo
- Premiar mucho cualquier esfuerzo del perro en la dirección correcta y evitar errores. 

Otro tema importante es cómo relacionarse o interactuar con los perros de perrera mientras están allí, dentro de lo posible intentaremos ser un referente de calma y no de excitación, utilizar un lenguaje corporal adecuado y dar paseos estimulantes y no excitantes, desde hacer un desparramamiento de premios entre la hierba y que se dediquen a rastrear a evitar tirones de correa.
Pensemos que conseguir que se centren a buscar premios utilizando el olfato los cansa y relaja mucho más que ir a correr con ellos.

También es especialmente importante lo que tenemos que hacer cuando adoptamos un perro y lo traemos a casa. A los perros, como hemos dicho antes, los estresa mucho los cambios de entorno aunque sean a mejor (lugares, personas que no conoce, etc..) así que los primeros días prácticamente no tenemos que hacer nada más que darles de comer, agua, paseos cortos, crear un buen vínculo y que empiecen a cogernos confianza poco a poco. En este periodo es muy importante nuestro lenguaje corporal, a veces con la mejor intención ciertos movimientos o tipo de interacción con el perro, él lo interpreta de una manera totalmente diferente a lo que queremos comunicar y les asustamos o incomodamos.
Recomiendo muchísimo a todo el mundo que tenga un perro que se lea el libro "El lenguaje de los perros: las señales de calma" de Turid Rugaas que nos enseña a comunicarnos y comprender lo que nos dice el nuestros perro mediante su lenguaje corporal.

Resumiendo, las cosas que siempre tendríamos que hacer con la educación o adiestramiento del perro serían:
- Evitar castigos y/o correcciones incluso el clásico "¡¡No!!”
- No premiar con atención comportamientos excitantes o "histéricos" (no olvidemos que una corrección es atención y se puede convertir en un refuerzo de gran valor)
- Ignorar comportamientos que no se auto-refuercen, después de una curva de extinción más o menos larga desaparecerán
- Reconducir hacia un comportamiento aceptable los comportamientos inadecuados que se auto-refuercen por sí mismos.          
-Condicionar positivamente los comportamientos que nos gusten, es decir premiar lo que nos gusta más que castigar lo que no.
-Suavizar nuestros movimientos, los movimientos rápidos son una señal de alerta para los perros.
-Cubrir sus necesidades básicas, alimenticias, de descanso, de salud, de juego, de ejercicio (ni mucho, ni poco), de relaciones sociales y de estimulación mental y sensorial.
-Aprender a comunicarme correctamente con ellos.
-Controlar el entorno para que el perro no se equivoque y no llegue a mostrar el comportamiento que queremos eliminar.
Éstas serían los preceptos básicos de la educación canina en positivo, como he dicho al principio cada perro es diferente, pero estas normas básicas se tendrían que aplicar de una u otra manera a todos los perros, para que estén en un estado emocional adecuado y sepan gestionar de manera correcta todas las situaciones desagradables o estresantes con las que se pueden encontrar a lo largo de su vida.

Carles Gomà
www.gossosenpositiu.com

fotos: morguefile.com

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